domingo, 29 de junio de 2008

COLÁGENO

En realidad me encanta hablar de esta percepción “Belleza o Recursos”. Quizá seré tomada como enemiga acérrima de los grandes diseñadores o de las poderosas compañías de marcas famosísimas. Pero siento, verdaderamente una necesidad enorme de contraponerme a las supuestas leyendas en cuestiones de moda, belleza y realidad, esta última palabra –realidad- la podemos comparar con la palabra “recursos” que compone el título de esta sección.

Veamos, no contradigo la eficacia de muchos productos carísimos, pero sí debo aclarar que no todos los productos carísimos son efectivos. Y no la contradigo, porque efectivamente usan productos de gran calidad, y entendamos por gran calidad, lo que comúnmente llamamos productos naturales, que sin ser química, percibo bajo mis pocos conocimientos, que las grandes compañías cosméticas combinan con algún tipo de conservadores.

Si tú puedes pagar eso productos de tan elevado precio, y me refiero a cremas y ungüentos casi milagrosos, pues está muy bien, te ahorrarás el tener que hacerlos y refrigerarlos por algunos días para conservarlos. Pero si no puedes, amiga lectora, ni te preocupes, que tú también puedes gozar de sus beneficios por un precio casi risible en comparación con los que tienen las grandes marcas.

Veamos, si mencionamos colágeno, automáticamente nuestra mente evoca cremas de marcas multiconocidas, y de eso, la Mujeres sabemos. Si tomamos en cuenta que el colágeno es una molécula proteica que forma fibras -las fibras colágenas-, y éstas se encuentran en todos los organismos pluricelulares. Y que son secretadas por las células del tejido conjuntivo como los fibroblastos, así como por otros tipos celulares. Y que también es el componente más abundante de la piel y de los huesos, podemos entonces intuir su importancia para el mantenimiento elástico de nuestra piel. Sucede, que decir todo esto que además suena medio complicado, es tan simple como decir que el colágeno es, en palabras más simples, “gelatina”. Así de fácil.

Así que si tú ingieres una gelatina diaria por la mañana y la noche, tu piel va a agradecértelo mucho, así como tus huesos y articulaciones. Mejor aún, puedes comprar esos pequeños sobres de “grenetina” y disolverla en tres cucharadas de agua simple y caliente. Puedes enriquecer esta mezcla con un poco de fruta machacada como fresa o pepino y aplicarla en tu cara limpia. Basta con dejarla de 10 a 20 minutos y enjuagar con abundante agua.

La mezcla deberás dejarla que adquiera la temperatura ambiente pero sin que cuaje, antes de agregarle la fruta y colocarla en tu rostro. Esta mezcla obviamente no puedes guardarla porque se endurece como cuando hacemos una gelatina. Así que deberás hacer un poco cada vez.

De esta forma estarás llevando a tu cuerpo de forma interna la sustancia –al ingerir la gelatina- y, al mismo tiempo, podrás beneficiar a tu rostro y estarás haciéndolo de forma totalmente natural. Hacerlo no cuesta mucho, pero si necesitas constancia, dos o tres veces por semana es lo ideal, pero si el tiempo no te lo permite, al menos intenta que sea una vez por semana.

Issa Martínez

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